5 momentos en los cuales la confianza apesta
Las líneas imaginarias que no deben ser rebasadas por ningún motivo.
Es increíble —y elemental— poder ser tú misma con tu pareja. Resulta reconfortante que en un mundo lleno de expectativas, hay alguien que no solo no te juzgará por tus actos, sino que además está dispuesto a quererte e incluso hacerte segunda en esas ideas que se te ocurren.
También es cierto que el exceso de comodidad —llámese confianza—, puede llevarte a situaciones súper incómodas con tu pareja. Estas son algunas líneas imaginarias que no deben ser rebasadas por ningún motivo.
1. Cuando te metes con su familia (o al revés)
Si bien tienes un conocimiento real y extenso de las actitudes de la familia de tu pareja, siempre tienes que llevar tatuado en el pensamiento de: ‘NO es tu familia’.
Por más que tu novio critique a su mamá porque ‘le importan mucho los asuntos de los demás’ o a su papá por ‘codo’, tú no puedes hacer lo mismo.
Llevarlo a cabo abriría las puertas para que él pueda señalar algo que haya hecho la tuya. Y aunque tus papás y/o hermanos sean tipazos, puede llegar un momento en el que alguna situación incómoda se presente, y aunque no, esos temas no te incumben.
2. Cuando su amor no cubre el mal olor
Claro que una de las ventajas de estar con alguien es poder ser tú con o sin lipstick y tacones. En otras palabras, es lo máximo poder pasar el día en pijama burlándose de la flojera de ambos por no haberse bañado un día.
No obstante, ¡no se permitan ser sucios a propósito! La falta de higiene siempre será de mal gusto y bueno, si de repente llega una mujer o un hombre con un lindo aspecto que le hace juego a su aroma, pues… ¿ya sabes que puede pasar, no?
No hagas del dicho ‘la confianza apesta’ algo literal.
3. Cuando no hay respeto al derecho ajeno
En las palabras, en el tono, en las acciones, en la privacidad e incluso en los gestos. Este es elemental y por ninguna razón se debe rebasar. Va para hombres y mujeres por igual.
4. Cuando no hay cuentas claras
Si alguno de los dos tomó la batuta desde el principio de hacerse cargo de los gastos, ya sea por situación económica o tradición, está bien. Pero es muy diferente cuando se trata de gastos personales o de situaciones en los que ambos tienen que ser equitativos.
Por más confianza que se tengan, si pides prestado porque no tenías efectivo, o tuviste que comprar algo que sabes que no le correspondía pagar a la otra persona, regrésaselo aunque no te lo pida después (o no lo acepte).
El tema del dinero es muy delicado y aunque siempre está la opción de ‘dejar ir’, mejor evita la situación.
5. Cuando te despreocupas mucho
Las posibilidades de ya no estar con tu pareja siempre van a estar latentes. Valora lo que la otra persona hace y no haría por ti y agradece.
No basta con saber que no hay nadie que se conozca más que ustedes mismos. Saca provecho de estos conocimientos y sé constante sorprendiendo a tu pareja.
Hacerlo de esta manera te brindará un ‘seguro’ que te respaldará en el posible momento de ya no estar juntos.
¿Te ha pasado? Si aún no sabes descifrar si ‘ya es too much’ en alguna situación con tu pareja, ponte en sus zapatos y después piensa si te gustaría que te lo hicieran.
Aunque realmente si ya lo piensas es porque existe un tema, de ser así platícalo, su reacción solucionará tu duda.
