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Vida en pareja

Juego de roles para parejas: 5 estrategias para vencer la pena

Juego de roles para parejas: 5 estrategias para vencer la pena
Sex and The City

Entérate de cómo, cuándo, dónde y por qué deberías practicar el juego de roles en la cama.

Como sexóloga, he escuchado en múltiples ocasiones la siguiente historia con referencia al juego de roles:

Se me ocurrió la idea de sorprenderle. Entonces me armé de valor para meterme a una sex shop y comprar el disfraz más sexy que encontré. Preparé el ambiente, dejé notas y pétalos de rosa desde la entrada de la puerta, practiqué posturas para verme más sexy en mi outfit de Caperucita, y cuando entró, ¡me ganó la pena! Salí corriendo, me encerré en el baño y terminé poniéndome la pijama de siempre. No hubo sorpresa ni rompí la rutina. Relaciones sexuales, ¡ni hablar! Solo había vergüenza y ganas de no quererlo volver a intentar.

Probablemente has aprendido que la rutina es enemiga de la pareja y, por lo tanto, te propones acabar con ella a como dé lugar. La realidad es que representa solo un elemento más de la relación. La costumbre no es grave mientras ustedes se sientan cómodos con ella, debido a que también habla de cierta estabilidad. Sin embargo, está padre de vez en cuando compartirse haciendo algo diferente. Para ello existe el juego de roles.

¿Con qué se come?

Consiste interpretar un personaje para hacer divertido el encuentro. No es necesario hacer “circo, maroma y teatro”, sino revisar con qué te sientes cómoda y partir de ese lugar.

Tratándose de prácticas sexuales, es importante ir de menos a más. Si jamás lo has intentado, seguramente te va a suceder lo de la historia. Así que recomiendo empieces con pasos chiquitos para llegar más lejos y realmente disfrutar el proceso.

Ajá, ¿por dónde empiezo?

1. Elige el personaje.

El que quieras, ¡pon en marcha tu pensamiento creativo!

2. Practica, practica, practica.

Una vez elegido el personaje, empieza con aproximaciones previas. Por ejemplo: si decidiste ser Caperucita, habla con tu pareja a la hora de la comida como ella hablaría o mándale mensajes muy en tu papel.

3. Monta el escenario.

El encuentro sexual aún no sucede. Sin embargo, puedes crear el contexto de tu personaje para hacerlo aún más real. Es como la práctica extendida.

4. Compra tu disfraz y ensaya una vez más.

Antes de mostrárselo, póntelo un día que estés sola en tu casa y haz tus actividades diarias. Así podrás hacer de tu vestuario tu propia piel.

5. ¡Llegó el día!

En este punto, ya estás metidísima en tu rol y te sientes cómoda en él. Entonces, es momento de manos a la obra. Atrévete a hacer todo lo que haría tu personaje y diviértete mucho. Al final, si estás con tu prometido –o probablemente ya sea tu esposo– es porque confías completamente en él. Bajo esta premisa, ¿por qué habrían de limitarse?

¿Y si todo sale mal?

Si lo intentas y percatas de que no es lo tuyo –o simplemente no te sientes cómoda–, es totalmente válido no querer volver a probar. Lo más importante: recuerda que la sexualidad no es para sufrir, sino para disfrutar. Y te aseguro que el juego de roles es una de las experiencias más divertidas –y, además, libre de riesgos– que puedes compartir con la persona que amas.

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autor Grafofílica, romántica de clóset y amante de los postres. Fanática de sonreírle a la vida, apostarle al amor y posibilitar encuentros. Escéptica del destino y de decir “no se puede”. Tiene un gusto no culposo por los libros tristes, los pueblos mágicos, el caldo de pollo y la nieve de mamey. Su frase: "Haciendo del mundo, un lugar más porno". Se refiere, de manera ocurrente, a su compromiso para educar en la sexualidad; por un mundo incluyente y lleno de amor, donde la infinidad de expresiones sexuales, sean aceptadas y respetadas.