Cómo perderte a ti misma en 10 días
Esto es lo que tienes que hacer para caer en este trágico proceso una y otra vez.
Tal como lo hizo Andie Anderson (Kate Hudson) en How to lose a guy in 10 days nos propusimos a investigar qué es lo que tienes que hacer para perderte tú misma.
¿Te ha pasado? Ya sea por una ruptura amorosa o por mera crisis existencial, no hay nada más difícil y doloroso que perderse a sí misma.
Y es que es tan fácil que eso suceda. ¿Te has puesto a pensar en lo susceptibles que somos ante las situaciones de nuestro alrededor? Estamos tan expuestos a la gente, a sus emociones y pensamientos que a veces los hacemos nuestros dejándonos moldear por algo que ni sabemos qué es.
Si bien es inevitable, y muy necesario, que nos suceda un par de veces en la vida, no necesitamos envolvernos en ese caos seguido, por lo que hay acciones que podemos hacer para caer en ese trágico proceso una y otra vez. Aquí algunas ideas para que eso suceda antes de lo que crees.
1. Que no te importe tu aspecto
El no echarte ni tantitas ganas desmotiva. Tantito color en la cara y un poco de perfume hacen la diferencia.
Sin caer en el egocentrismo nuestra imagen lo es todo por lo menos los primeros microsegundos que conocemos a alguien. Ya después está en ti echarle ‘ganitas’ para ser agradable, pero mientras tanto procura tu aspecto.
2. Rodéate de gente horrible
Y no me refiero a su aspecto sino a sus hábitos. Retomando lo anteriormente dicho, estamos muy expuestos a la ‘vibra’ de los demás así que escoge bien a la gente con la que pasas tiempo, ¿cómo? Poniendo atención en cómo ellos llevan su vida en general.
No se trata de abrir de tu vida a los que no se encuentren en una posición estable, pero es verdad que necesitamos más la presencia de aquellos que puedan contagiarnos su enfoque que de los que puedan jalarnos a su estrés.
Tal vez no tengas mucha opción con ciertas personas, pero sin duda puedes extraer lo bueno de alguien siempre. No se trata de forzar la amistad, pero preguntarle a tu compañera qué le puso a su pasta, o interesarte en cómo fue qué su fleco le quedó así te hará crear conversación y sabrás algo extra que en algún momento te pueda servir.
3. Piensa mal y habla peor
Cuando uno dice algo es porque ya pasó por tu cabeza. En otras palabras, cuando emites una opinión se sabe que no solo se formó desde lo más adentro de tu cerebro sino que viajó por toda tu cabeza y algo en ti le dio luz verde para salir de tu boca. Así que si hablas muy mal en general (y no me refiero a groserías) es porque de eso estás completamente llena.
Purifícate, no digo que esté mal quejarse, de hecho es necesario hacerlo con gente de confianza, pero recuerda:
‘Lo que Luisa dice de Lucía habla más de Luisa que de Lucía’
4. No dejes ir
Y esto tiene que ver con todo. Desde las personas y los comentarios negativos hasta los pensamientos y los pendientes que ya no están en tus manos. Todo pasa quieras o no y nada te pertenece. Ni la gente ni las situaciones. Viaja ligero.
5. Come mal y no estés en movimiento
Además de ganar o perder peso a desproporción, el no cuidar lo que ingieres y la falta de ejercicio están directamente relacionados con el estado anímico.
Está científicamente comprobado que los endulzantes artificiales, los alimentos procesados y el alcohol en exceso nos deprimen. No se trata de arrancarlos por completo, se trata de equilibrar tus comidas integrando al movimiento.
Si siempre permaneces estático detrás de una computadora o la televisión, nada te va a funcionar. ¿Odias el gym? ¡No te preocupes! Camina o corre en el lugar que te convenga. Baila o salta la cuerda y claro, evita el elevador utilizando las escaleras.
6. Haz caso a todo lo que te digan
Esto es súper frustrante. Habemos personas que tenemos un tema con las decisiones o peor con la soledad. Desde no saber qué pedir en un restaurante hasta no —querer— saber cómo abrir un frasco de mermelada.
El no saber hacer algo genera frustración, por lo que muchas veces preferimos guiarnos al 100 por la opinión y presencia de externos a caer en ella (una vez más).
No hagamos indispensables a personas u opiniones en nuestras decisiones. Claro que tomar en cuenta pensamientos ajenos es válido, pero no siempre y jamás tanto.
7. No tengas una pasión
Si bien es demasiado difícil —y muy de suertudos— saber qué te apasiona, seguro debe haber cosas que te gusten hacer más que otras, o por lo menos, que no te den tanta flojera de llevar a cabo. Ya sea lectura, deporte, dibujo, escritura o maratón de series, todo te puede funcionar perfecto.
Aunque con todo y el miedo que le tenemos a perdernos, es increíble lo que se aprende. Así que si te sientes así, no temas, presta atención a tus reacciones y disfruta del recorrido. De no hacerlo así volverás a perderte en el mismo lugar y bueno, habiendo tantos lugares, ¿cuál es la necesidad de visitar el mismo una y otra vez?
