Las ventajas de casarte por segunda vez
Además de volver a encontrar el amor, claro...
Todos tenemos la ilusión de un matrimonio que dure para toda la vida. Sin embargo, algunas veces el destino tiene planes diferentes para nosotros. Casarte por segunda vez te da la oportunidad de hacer bien lo que hiciste mal con anterioridad.
Puedes tener todo lo que descartaste en la primera
Tuviste que tomar decisiones como : ¿día o noche? ¿playa o ciudad? ¿carne o pescado? Todo aquello que deseabas y te quedaste con la espinita de tener, ahora puedes hacerlo. Una vez más, tienes frente a ti un lienzo en blanco para rellenar a tu gusto y voluntad.
Te despides de convencionalismos (¡y de compromisos!)
Es un hecho que en una boda todos opinan: la mamá, las hermanas, las tías, la abuela y hasta la suegra. Es comprensible que durante la primer boda, cedamos más de la cuenta por miedo a la desaprobación de nuestros seres queridos. Esta vez se trata de ti y sólo de ti, de tu nueva aventura en el amor. ¡Convencionalismos a volar! Empezando por el hecho de que una segunda boda no es “tradicional”, nada de lo demás que hagas en ella debe de serlo.
Te puedes arriesgar más con tus decisiones
Ya tuviste la boda controlada hasta el último detalle una vez, ahora es el momento de ser más flexible con tus elecciones. ¿Vestido corto? Adelante. ¿Un catering no convencional? Por qué no. Atrévete, innova y diviértete.
Sientes menos presión
Atrás quedaron los días de ser bridezilla. Claro que quieres que tu enlace sea perfecto, mágico y todo lo que una novia espera, pero no navegas por aguas desconocidas. Ahora sabes a qué detalles prestar atención, con qué aspectos tener especial cuidado y has aprendido a relajarte (y sobre todo, a delegar).
No cometes los mismos errores
Seguramente esta vez no olvidarás probar al menos un bocado de tu banquete ni tomarte esa foto con aquella persona tan especial. Los errores de tu primer enlace se han convertido en lecciones para mejorar y disfrutar más tu nueva boda.