10 cosas que nadie te dirá sobre la vida en pareja

Por fin van a mudarse juntos… ¡Qué emoción! Sin lugar a dudas, vivir bajo el mismo techo los unirá aún más. Sin embargo, es importante que sepas que no todo será miel sobre hojuelas: la vida en pareja supone algunos retos que deberán superar. Conoce de qué te estamos hablando para estar preparada…

1. Pelearán por tonterías

Cuando vives con tu pareja, cómo enrollas la pasta de dientes podría convertirse en tema de discusión. Y como éste habrá miles: dónde guardas los calcetines, si tendiste o no la cama, si dejaste un traste sucio en medio de la sala… Esto es perfectamente normal; lo importante es no dejar que la discusión escale hasta convertirse en algo más grave.

2. A veces tendrás que ceder

Dice un proverbio anónimo: “sé selectivo con tus batallas. A veces es mejor tener paz que tener la razón”. Cuando compartes techo, recordar este refrán podría librarte de muchas batallas. Evita enfrascarte en discusiones innecesarias: si él detesta que dejes abierta la pasta de dientes, no te cuesta nada dejarla bien cerrada cada vez que la uses. ¿O sí?

3. Algunos hábitos suyos te desquiciarán

Nada puede ser más cierto: no conocerás a tu pareja en todas sus facetas (y con todas sus virtudes y defectos) hasta que no vivas con ella. Y, es mejor que lo sepas desde ahora, descubrirás que tiene muchos más defectos de los que imaginas. Hazte a la idea de que quizá tengas que soportar sus ronquidos, acostumbrarte a que se levante a correr a las 5 de la mañana o aventarte su programa favorito –sí, ese de persecuciones policiacas que tanto odias– antes de dormir.

4. Deberás considerarlo para todo lo que hagas

Atrás quedaron los días en los que podías hacer planes sin consultarle o avisarle a nadie. Vivir en pareja implica un cambio en tus hábitos, pues siempre deberás considerar el tiempo y el espacio de alguien más. ¿Vas a regresar tardísimo de tu fiesta? Deberás avisarle. ¿Planeas hacer una reunión de amigos en tu casa? Deberás primero consultarlo con él. Por supuesto, él tendrá que hacer lo mismo contigo.

5. Tendrán que poner algunas reglas

Eventualmente deberán establecer algunas reglas que les permitan convivir en armonía. Por ejemplo: quién se hará cargo de pagar la renta y los servicios, quién hará el súper, quién lavará la ropa, quién cocinará, quién se encargará de cuidar a su mascota… en fin.

6. Odiarás tener que compartir tu clóset

Es algo trivial, pero eso no lo vuelve menos molesto: olvídate de acomodar tu ropa a tus anchas: ahora tendrás un espacio más reducido para guardarlo todo. Llegará el momento en que alguno de los dos le reclamará al otro que está “invadiendo” su espacio.

7. Quizá te cueste trabajo dormir bien

Si estás acostumbrada a dormir sola (y eres “de ésas” que se duermen en diagonal o con brazos y piernas extendidos), tenemos una noticia para ti: probablemente habituarte a compartir tu lecho será un proceso difícil. Tendrás que aguantar ronquidos, golpes, movimientos, pies fríos y un sinfín de cosas más. ¿La buena noticia? Tarde o temprano te adaptarás y volverás a dormir como un bebé.

8. Nunca más pasarás frío en la noche

OK, no todo son desventajas. Uno de los grandes beneficios de compartir tu cama es que nunca más volverás a pasar frío. Además, ¿qué puede ser más gratificante que dormir abrazada de alguien y darle un besito al despertar?

9. Tendrán que resolver sus problemas pronto

¿Te acuerdas de esa vez que se pelearon y dejaron de hablarse durante días? Ahora esto será prácticamente imposible. Antes se alejaban un rato para que las cosas se enfriaran, pero ahora tendrán que verse todos los días. Será una prueba importante para su comunicación de pareja y su capacidad de resolver problemas.

Necesitarás estar sola de vez en vez

Hay momentos en los que querrás estar sola, y es perfectamente comprensible. Lo mismo le pasará a él. Deberán entenderlo y darse un espacio. ¡Este respiro es perfectamente saludable para su relación!

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